En diálogo con MERCURIO NOTICIAS, el letrado consideró que “hay todo un subsistema que no funciona. No funciona el subsistema de acompañamiento a los niños, el de los adolescentes, el subsistema una vez ingresado al sistema judicial por la comisión de un delito deben acompañar y hacer algún informe de seguimiento. Las cuestiones de violencia, que lamentablemente, se han multiplicado las denuncias y en ese cúmulo de denuncias, a las que a todas se les da el mismo tratamiento, se pierde de alguna manera la posibilidad de intervenir en lo más profundo”.
Indicó que “es el mismo tratamiento en todas las denuncias, sin sustanciar que los hechos ocurrieron o no ocurrieron y cuál es la realidad, cuáles son los seguimientos que deben hacer los organismos”.
Narró que “en los oficios que se mandan desde los juzgados encomiendan a los organismos estatales y administrativos correspondientes a hacer un seguimiento, un plan de acción y muere en ese oficio. El seguimiento es un llamado telefónico cada tanto para preguntar o la recomendación que concurran a un psicólogo, por ejemplo, o que hagan cursos”.
Ejemplificó Epstein que “en San Salvador, para obtener un turno para un psicólogo en la sala “Pancho Ramírez” o en el hospital “San Miguel”, los turnos son a seis meses, pero porque no lo tienen antes. La culpa no es del profesional, sino que el sistema no está funcionando correctamente. Porque si tenés una situación de violencia y el primer turno lo tenés dentro de seis meses, y en esos seis meses, tenés una ventana grandísima de un montón de situaciones”, advirtió.
El abogado resaltó que “en el cúmulo de denuncias, se pierden las más graves, porque si tratás todo igual y si todo es lo mismo, es la nada misma. Si no podés profundizar en lo que necesitas profundizar, entender que determinado hecho no existió y que hubo un abuso, porque nos hemos acostumbrado en abusar del sistema”.
“La perspectiva de género se ha convertido en un prejuicio de género y partís desde ese lugar”, disparó al afirmar que “cualquier intervención que haya, parte de un prejuicio. El sistema judicial, al día de hoy, se está manejando con bajadas de línea de política criminal. Dejó de ser un sistema de juicio justo para ser una herramienta de políticas de estado. Creo que no debería ir por ese lado”, opinó Epstein.
Al explicar el sistema de denuncia de violencia, dijo que “ingresa la denuncia a la Comisaría de la Mujer, si es de violencia familiar o doméstica, se va al Juzgado de Paz, que ordena de inmediato medidas, que incluye exclusión del hogar muchas veces y medidas de restricción. Se manda al denunciante y denunciado a hacer un informe, donde es una entrevista que dura 15 minutos y se transcribe lo dicho. Y hacen un copio y pego de grupo de riesgo. Se sacan las medidas, pasan las medidas y se archiva la causa”.
El letrado se encargó de remarcar que “no hay intervención de ningún organismo, no se sustancia si el hecho ocurrió o no ocurrió. Sin importar si sos hombre o mujer, haces una denuncia, abusando del sistema solo para lograr desalojar al otro de la casa. Y al denunciado inmediatamente, lo desaloja. No importa si el hecho ocurrió o no”.
“El denunciado es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Se ha invertido de una manera sorprendente el estado de inocencia. El sistema que interviene en cuanto a violencia nos han borrado el rol de abogados. Viene un cliente, me dice me han denunciado. Qué tengo que hacer. No nos dejaron herramientas porque no se sustancia si el hecho ocurrió o no. Nadie investiga. No hay un seguimiento por parte de los organismos y no acompañan adecuadamente”, finalizó.