Las fuerzas rosistas comandadas por el general uruguayo Manuel Oribe, auxiliado por la caballería del gobernador de Entre Ríos, Justo José de Urquiza, vencen en la ribera del arroyo Grande, en cercanías de San Salvador, luego de librar una de las contiendas más sangrientas que registran los anales de la historia militar de la Argentina, a los antirrosistas firmantes de la Alianza de Galarza, conducidas por Fructuoso Rivera y Pedro Ferré.
En la campaña que emprendieron contra Rosas, los unitarios conformando una fuerza integrada con efectivos argentinos y uruguayos bajo el comando del general oriental Fructuoso Rivera, aliados con la provincia de Corrientes y el decidido apoyo de los emigrados en Montevideo y franceses que sitiaban a Buenos Aires, invadieron la provincia de Entre Ríos y acamparon en la ribera del Arroyo Grande, luego de apoderarse de un gran rodeo de ganado.
El 5 de diciembre de 1842, el ejército de la Confederación al mando del general oriental Manuel Oribe, cuya vanguardia estaba al mando del general Urquiza, desde su campamento establecido a pocas leguas de la ciudad de Paraná, partió en busca del invasor  y al amanecer del día siguiente (6 de diciembre de 1842) ambas fuerzas tomaron contacto. Durante todo ese día libraron un feroz combate, que finalizó con la victoria de Oribe, luego de que los efectivos al mando de Urquiza lograran contener la carga que llevada contra los federales por el general unitario Anacleto Medina, estaba a punto de romper una de las alas del frente federal y lograr con ello, volcar a su favor el resultado de la batalla.
Rivera, acompañado con unos pocos sobrevivientes repasó el río Uruguay a la altura del Naranjal, próximo a la ciudad de Concordia, en busca de refugio en la Banda Oriental y así terminó su aventura en la lucha de federales contra unitarios, que había involucrado a la Banda Oriental, por gestión de los exiliados antirosistas en ese territorio.

Fuente: El Arcón de la Historia