Sarmiento, considerado el “Padre de las aulas”, se había inspirada en los Clubes de Lectores, ideados por Benjamin Franklin en 1727 en Filadelfia, y en las experiencias estadounidenses ubicadas en aldeas y ciudades. Esos movimientos culturales, en 1870 dieron lugar a la construcción de las bibliotecas populares, que con el tiempo aumentaron dadas las necesidades de la comunidad.
A diferencia de las bibliotecas tradicionales, las populares son definidas como asociaciones civiles autónomas. Su distintivo es que son creadas por iniciativa comunitaria, es decir, por vecinos de una localidad o un barrio que son también quienes las sostienen. Se trata de organizaciones no gubernamentales que generan sus propios fondos —de acuerdo a que pagan sus socios, presentaciones de proyectos, etc.
Nuestra Biblioteca Popular José Hernández volvió a ser reconocida por CONABIP en el año 2000.