Desde el jueves y durante el viernes, una masa de aire frío de origen polar ingresará con fuerza en la franja central y norte de Argentina, generando un marcado descenso térmico. El viento del sur reforzará las condiciones de estabilidad, disminuyendo las temperaturas tanto en horas nocturnas como diurnas, con máximas contenidas.
Este fenómeno afectará especialmente a provincias como Santiago del Estero, Chaco, Formosa y el norte de Santa Fe, donde se espera una mayor amplitud térmica, con mañanas muy frías y tardes apenas templadas.
Las condiciones de estabilidad estarán dominadas por centros de alta presión bien definidos, según el modelo del Centro Europeo, que prevé que estas características se mantengan al menos hasta el fin de semana.
Las precipitaciones estarán prácticamente ausentes en todo el país, salvo por algunas lluvias aisladas en sectores cordilleranos de Mendoza, Neuquén y San Juan. En el resto del territorio nacional no se esperan lluvias ni lloviznas significativas, con la única excepción del sector costero de Uruguay, donde podría haber lluvias puntuales.
La disminución de la nubosidad será clave para el comportamiento térmico, incrementando el riesgo de heladas moderadas en áreas rurales durante las noches.
En tanto, hacia el fin de semana, la rotación del viento al sector norte permitirá una leve recuperación de las temperaturas, aunque sin alcanzar valores elevados. Este patrón seco y estable es típico de agosto, mes que combina irrupciones frías con períodos más templados.
En términos agrícolas, la persistencia del aire frío y la estabilidad atmosférica son factores relevantes para la planificación en regiones del centro y norte del país, especialmente por los riesgos asociados a heladas en zonas rurales.