El Sistema de Información de Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER) ha emitido un informe que anticipa un escenario complejo para la siembra de arroz en el ciclo agrícola 2025/26. Según las proyecciones iniciales, la intención de siembra podría reducirse a 59.000 hectáreas, lo que representaría una caída interanual del 13 por ciento con respecto al ciclo previo, cuando se cultivaron 67.850 hectáreas.
La disminución en la superficie sembrada responde a factores económicos y productivos que afectan principalmente al arroz tipo comercial largo fino, la variedad más sembrada históricamente en la provincia. Entre julio de 2024 y junio de 2025, el precio de esta variedad cayó un 50 por ciento, pasando de 400.000 a 200.000 pesos por tonelada. Esta caída, sumada al incremento en los costos de producción, elevó el rendimiento de indiferencia —mínimo necesario para cubrir costos— a cifras difíciles de alcanzar en el contexto actual.
El impacto es especialmente significativo en áreas donde el riego depende de pozos profundos, debido al elevado costo energético. En estas zonas, el rendimiento de indiferencia para el tipo largo fino supera los 9.000 kg/ha, mientras que los rendimientos observados en el último ciclo fueron de 8.700 kg/ha en promedio. Como resultado, se estima una retracción del 20 por ciento en estas áreas, que pasarían de abarcar 44.850 hectáreas a aproximadamente 36 mil hectáreas en la nueva campaña.
Otros sectores productores de arroz también enfrentan desafíos similares. Las áreas con riego por represas y las zonas del norte del departamento La Paz, donde el riego proviene de tomas sobre los ríos Paraná y Guayquiraró, representaron el 22 y el 12 por ciento del área sembrada en el ciclo anterior, respectivamente. Sin embargo, los rendimientos ajustados y los altos costos dificultan la rentabilidad en estas regiones.
En contraste, algunos productores han mostrado interés en aumentar la superficie destinada al arroz tipo comercial largo ancho, cuya cotización ha caído menos drásticamente (de 550.000 a 350.000 pesos por tonelada entre julio de 2024 y junio de 2025). Aunque su rendimiento potencial es menor al del largo fino, los costos más bajos asociados con este cultivo podrían ofrecer una alternativa viable para ciertos productores.
El análisis económico revela que los costos de producción han aumentado significativamente debido a la alta inflación. Los insumos clave como energía para riego, herbicidas y fertilizantes registraron incrementos interanuales del 21, 38 y 37 por ciento, respectivamente. Para los productores arrendatarios, invertir en la próxima campaña podría implicar costos cercanos a dos millones de pesos por hectárea, sin incluir gastos de secado ni transporte.
En este contexto, aun alcanzando rendimientos récord como los observados en el ciclo anterior (8,3 toneladas por hectárea), la rentabilidad no está garantizada. Los productores con campos propios podrían enfrentar dificultades económicas, mientras que aquellos con campos arrendados sufrirían pérdidas significativas que varían según el sistema de riego empleado.
El informe concluye que el arroz enfrenta una de las campañas más desafiantes de la última década en Entre Ríos. La evolución de los precios será determinante para definir la rentabilidad y la intención final de siembra en la provincia.