Por: Nelson Lalanda, editor responsable de MN
Walter Ramos se acercó a MERCURIO NOTICIAS para exponer las frustraciones y preocupaciones de los residentes de la zona debido a las constantes carneadas clandestinas que afectan sus propiedades.
Desde 2016, Ramos ha sido víctima de robos de animales en su campo, sin que se haya tomado ninguna medida efectiva al respecto.
Relató que entre 2016 y 2017, nueve de sus animales desaparecieron sin dejar rastro. A pesar de que sospecha de que los culpables son personas cercanas al pueblo, no se ha logrado identificar a los responsables ni se ha recuperado su ganado.
En 2018, decidió vender la mayoría de sus animales y alquilar otro campo para resguardar los pocos que le quedaban. Sin embargo, la situación no mejoró, ya que también sufrió robos.
El pasado miércoles, Ramos descubrió que una ternera había sido carneada durante la noche. Junto a su padre, emprendieron la búsqueda y encontraron los restos del animal abandonados cerca de su propiedad. Inmediatamente, presentaron una denuncia en la Comisaría rural, pero se encontraron con la falta de movilidad policial para investigar el caso. Les dijeron que tenían que comprar repuestos para reparar la camioneta. Finalmente, la camioneta nunca se reparó y debieron ellos mismos lleva a la Policía -48 horas después- hasta su campo para que "investiguen".
Con total descaro uno de los agentes de la Rural le sugirió al dueño del campo "venderlo" si no puede tener a sus animales seguros, ya que, según las autoridades, a los delincuentes hay que encontrarlos con "las manos en la masa", sino no pueden hacer nada. Lo cual es una mentira ya que su Brigada es de "prevención" como su nombre lo indica. Pero cómo podría prevenir si no tienen siquiera una bicicleta para movilizarse por la amplia zona de campaña del departamento San Salvador.
Ramos expresó su impotencia ante la falta de acción por parte de las autoridades. Afirmó que se han realizado denuncias en repetidas ocasiones, pero los responsables siguen sin ser encontrados. Además, lamentó que la Policía y la Justicia no actúen de manera contundente para detener estas acciones delictivas. Sugirió que las leyes deberían ser modificadas para proteger a la sociedad en lugar de favorecer a los delincuentes.
El caso de Walter Ramos refleja una problemática recurrente en la zona, donde los robos de animales y las carneadas clandestinas han generado inseguridad y pérdidas económicas para los productores rurales.
La falta de respuesta por parte de las autoridades locales ha generado frustración y desconfianza en la comunidad.
Se espera que este testimonio impulse acciones concretas para combatir estas prácticas ilegales y proteger los bienes de los residentes de San Salvador.
Ya que tanto se habla de cambio, algo habrá que cambiar. Es evidente.