Desde junio, se desarrolla un relevamiento sobre la intención de siembra de maíz para la campaña 2025/26, realizado por una red de colaboradores en el área agrícola nacional.
Luego de un ciclo marcado por la reducción de superficie debido a la plaga de la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis), este nuevo período inicia con mejores condiciones hídricas y mayor información sobre estrategias para mitigar el riesgo.
A nivel global, se proyecta un incremento en la producción y consumo de maíz, impulsado por la demanda para alimentación, etanol e industria. Estados Unidos alcanzaría un récord histórico, mientras Brasil consolidaría una cosecha destacada.
En el plano local, los precios futuros muestran leves mejoras y los costos de insumos tienden a la baja, aunque la rentabilidad sigue siendo ajustada.
El relevamiento preliminar indica un aumento del 9,6 por ciento en la superficie sembrada respecto al ciclo anterior, alcanzando 7,8 millones de hectáreas. Sin embargo, aún se encuentra un 7,1 por ciento por debajo de los niveles del ciclo 2023/24. En regiones como el NOA y NEA, se proyecta una recuperación gradual del área destinada a maíz, mientras que en Córdoba y la zona núcleo se espera una marcada recuperación impulsada por siembras tempranas.
En el sur del área agrícola, los excesos hídricos limitan el incremento de superficie destinada a otros cultivos, favoreciendo al maíz como opción principal.
El panorama climático para el ciclo 2025/26 incluye suelos con buena humedad inicial debido a lluvias otoñales y heladas intensas que redujeron ciclos de plagas. Se esperan precipitaciones irregulares en primavera y verano, con riesgos puntuales de excesos hídricos en el norte y déficits en zonas del sur.