El pastor evangélico Daniel Ponce, quien durante al menos dos años habría utilizado su posición como líder religioso para cometer abusos sexuales, fue detenido en la noche del jueves tras una investigación llevada adelante por la Fiscalía número 1 de Moreno, en la provincia de Buenos Aires. La causa se inició luego de que al menos una decena de jóvenes de distintas edades denunciaran haber sido víctimas de abusos por parte del pastor en diversos contextos.
Según los testimonios recogidos, Ponce convocaba a fieles de diferentes provincias del país a sus encuentros religiosos, donde les ofrecía profundizar su vínculo con la religión y los persuadía para que lo acompañaran en sus giras. Sin embargo, lejos de cumplir con lo prometido, el líder religioso habría aprovechado estas ocasiones para cometer abusos sexuales bajo el pretexto de prácticas religiosas. Las víctimas relataron que el pastor justificaba sus acciones como una forma de "conectar en profundidad" con el evangelio.
En el expediente judicial constan denuncias sobre tocamientos y violaciones a jóvenes, principalmente adolescentes y menores de edad. Fuentes cercanas al caso indicaron que la primera denuncia contra Ponce fue radicada hace dos años, pero desde entonces se sumaron otros testimonios que describen patrones similares de abuso. La organización Madres Víctimas de Trata, que ha tomado un rol activo en la difusión del caso, calificó a Ponce como “una persona despreciable” y alertó sobre la falta de control en muchas iglesias evangélicas del país.
“Es una situación gravísima. Este hombre tiene iglesias en todas las provincias y engañaba a los chicos diciendo que los llevaba a pasear para intercambiar charlas con otros grupos. En realidad, los abusaba. Es fundamental que esto se haga público para que las personas sean más cautelosas y no confíen ciegamente en todos los pastores”, expresaron desde la organización.
La detención del pastor se concretó tras meses de investigación y recolección de pruebas que confirmaron su modus operandi. Aunque hasta el momento se han identificado algunas víctimas en el expediente judicial, se presume que podrían existir muchas más que aún no han denunciado los hechos.
“Desde que este caso comenzó a hacerse público, recibimos relatos similares desde distintas localidades, incluso desde Trenque Lauquen, donde también habría actuado como pastor. Es importante que las víctimas se animen a hablar para que se haga justicia y para prevenir futuros abusos”, concluyeron desde la entidad.
La investigación sigue abierta y las autoridades continúan trabajando para esclarecer el alcance total de los delitos cometidos por Daniel Ponce, quien ahora deberá enfrentar las consecuencias legales de sus actos.
El modus operandi del acusado, identificado como Ponce, consistía en organizar supuestas "misiones religiosas" en localidades como Chivilcoy y Baradero, donde solicitaba la asistencia de jóvenes varones pertenecientes a su congregación. Al regresar a Moreno, el pastor les ofrecía quedarse en su domicilio bajo la excusa de estar demasiado cansado para conducir, obteniendo previamente el consentimiento de las madres de las víctimas, quienes confiaban plenamente en él debido a su rol religioso.
Según la denuncia presentada por la asociación civil Madres Víctimas de Trata, durante la noche, Ponce perpetraba los abusos mientras las víctimas dormían. Tras los ataques, el acusado realizaba un acto de oración en el que justificaba sus acciones alegando que un "súcubo" —un demonio que adopta la forma de una mujer, según creencias populares— era el responsable de los hechos. Este argumento formaba parte de un esquema manipulador que buscaba desorientar a las víctimas y perpetuar el silencio.
Al día siguiente, el pastor les ofrecía desayuno y les advertía con frases intimidantes como "nadie te va a creer" y "tu familia la va a pasar mal", reforzando el miedo y la vergüenza en los jóvenes afectados. Sin embargo, los rumores sobre sus acciones comenzaron a circular en redes sociales y eventualmente llegaron a oídos de las autoridades.
El jueves por la noche, Ponce fue confrontado por miembros de su congregación y posteriormente detenido. Tras negarse a declarar, quedó imputado por abuso sexual con acceso carnal agravado, debido al carácter ultrajante del delito, su rol como ministro de un culto reconocido y su posición como encargado de la guarda de las víctimas.
Además, la creyente cuestionó el cambio repentino de apóstol en la iglesia y exigió explicaciones públicas por parte del ministerio. "Gracias Señor por abrirme los ojos y dejarme ver cómo son realmente. Todo sale a la luz tarde o temprano... A ver si el jueves cuando hagan su programa de TV dan explicaciones sobre esto...", afirmó.
La asistente también manifestó su inquietud sobre las prácticas dentro de la iglesia y cómo, en su momento, no logró identificar ciertas irregularidades: "Yo cuando iba a los encuentros vi cosas raras pero dije 'es mi imaginación'... o era tanto lo que me manipularon que no pude ver bien lo que pasaba...". Hoy, con una perspectiva distinta, asegura haber encontrado claridad sobre lo ocurrido: "Gracias a Dios que me abrió los ojos... y no voy más porque muchas cosas raras vi y como estaba ciega no me daba cuenta...".
"Esta gente busca su conveniencia porque del amor de Cristo nada tienen... Todo cae por su peso y todo tiene su hora en esta tierra...", afirmó.