Un relevamiento realizado por la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y el Frente de Organizaciones Cannábicas de Entre Ríos (FOCER) analizó las problemáticas y avances en torno al uso terapéutico del cannabis en la provincia.

Con la participación de productores, usuarios y profesionales de la salud, el estudio recabó 630 respuestas de todos los departamentos de Entre Ríos, destacando la importancia del autocultivo medicinal y los desafíos regulatorios.  

Entre los hallazgos más relevantes, se identificó que el 91 por ciento de los productores cultiva flores secas (cogollos), pero enfrentan barreras como el miedo a la persecución estatal (29%) y las dificultades burocráticas (26%). A pesar de que el 84 por ciento cuenta con autorización legal, solo el 60 por ciento tiene registros vigentes en Reprocann, reflejando trabas en la implementación de la normativa.  

Por otro lado, el 95 por ciento de los usuarios terapéuticos reportaron mejoras en su calidad de vida gracias al cannabis, siendo las flores secas el formato más consumido (83%). Sin embargo, el 60 por ciento no cuenta con acompañamiento médico, principalmente por falta de profesionales capacitados en su área.  

En cuanto a los profesionales de la salud, el estudio evidenció una carencia de formación académica en cannabis medicinal, lo que limita su capacidad para prescribir y acompañar a los pacientes. Solo 16 profesionales participaron en el relevamiento, destacando que el 94 por ciento considera fundamental incluir el tema en los planes de estudio.  

El informe concluye que las normativas actuales, tanto nacionales como provinciales, no solo son insuficientes para garantizar el acceso seguro al cannabis medicinal, sino que también criminalizan a productores y usuarios. Entre Ríos, pionera en sancionar una ley de autocultivo medicinal (Ley 10.894), aún carece de una reglamentación efectiva que asegure derechos y reduzca riesgos legales.  

El informe completo