Loustau expresó su indignación por la serie de ilícitos que ha sufrido y por "la impunidad que gozan quienes perpetran esta serie de hechos delictivos". Asimismo, pidió que "se investigue a quienes reducen cobre y que los mismos expliquen, con la documentación correspondiente, el origen del material".
El productor relató que “en el campo que trabajamos con mi socio, nos encontramos el miércoles con la sorpresa de que nos habían robado dos tramos de cableado de riego que alimenta y da señal para que el equipo vaya alineado”.
Loustau resaltó: “Estos hechos, en nuestros casos reiterados, dan mucha bronca porque no es mucho el cobre que tiene, sí muchas hebras que son las que dan señal. Una alimenta al motorreductor y el otro da señal, pero se roban los tramos enteros y los venden como cobre luego de afanarlos y quemarlos”.
El productor manifestó que “entre la campaña pasada y la presente sumamos ocho visitas de extraños que estimamos deben ser dos o tres y un vehículo para trasladar los tramos del cableado que nos robaron en dos ocasiones en Escriña y seis en Rincón del Gato”.
Además, denunció que a otro productor que compró un campo en la zona de Aldea San Antonio “le robaron de punta a punta el cableado de riego, quedando claro que está aquel que roba y el que compra. Es como si se hubiese establecido un sistema de compra y venta de cableado, sacando de los mismos las pocas partes de cobre”.
Loustau explicó que “el cultivo del maíz requiere una buena irrigación, siendo los pivotes de riego clave en las últimas temporadas que se caracterizaron por una intensa sequía”. Sin embargo, lamentó que "en la última ocasión en la que fue víctima del robo se llevaron dos tramos de entre 50 y 60 metros en un campo sembrado con maíz".
El productor subrayó la necesidad de que la justicia investigue y actúe ante estos hechos delictivos. En este sentido, instó a averiguar quiénes reducen el cobre y los papeles de lo que compran. Recordó que “roban en los cementerios, en los cableados públicos y ahora en los campos. Esto es cualquier cosa, el que compra estas cosas debe pedir la documentación correspondiente”.
Por último, el productor reconoció que “en Escriña, la policía actuó rápidamente y se pararon los robos”.
Es necesario tomar medidas para frenar esta serie de ilícitos y garantizar la seguridad de los productores agrícolas.